El albañil borracho

Según la descripción de la galería en línea del Prado, es un boceto preparatorio para el cartón El albañil herido, aunque Valeriano Bozal estima que no se ha dilucidado si este cartón es un boceto previo a El albañil herido o se trata de una obra independiente realizada como una variación sobre el mismo tema.

[3]​ Este asunto, unido al cromatismo y técnica de la pieza, permite categorizarla dentro del prerromanticismo.

La serie quedó incompleta tras la muerte de Carlos III en 1788, pasando a decorar habitaciones en El Escorial sin un orden fijo.

En 1896, sus herederos vendieron las obras a la familia del noble español Pedro Fernández Durán y Bernaldo de Quiraldós.

Este cuadro inicia el gusto por la temática rebelde que luego abundará en Goya, pionero en representar la vida del proletariado.

[12]​ Con cromatismos pardos y grises, el cuadro presenta una rápida ejecución que Goya pondría de realce en años posteriores.

La sensación invernal que se respira en este cuadro intenta demostrar una posible relación con La nevada y Los pobres en la fuente.

Autorretrato de Goya en 1783, pocos años antes de ejecutar El albañil borracho.