Su capitán fue el Caballero Francisco de Hadoque, al servicio del rey Luis XIV.
Tras dos días de buen viento navegando rumbo al este, el vigía anuncia un barco «pirata» a babor.
El Unicornio, intentando escapar del navío filibustero, vira alejándose de este.
Tras un encuentro con Rackham el Rojo, quien le dijo que sus piratas lo matarían, espero hasta la noche.
Este, por su parte, clavo una cruz en la cima del monte de la isla y contó allí los días que pasaban con una raya pequeña para los días de la semana y una grande para los domingos, así como Robinson Crusoe.