Existen dudas dentro de la crítica sobre su realización o no por el Bosco.
[5] En esta obra, el Bosco aborda la escena de género, que en su caso se mezcla con la fe.
Lleva una cesta en la que asoma una lechuza, animal presente en otras obras del Bosco como símbolo de herejía.
Debajo de él, un niño lo contempla divertido, lo que aludiría a un proverbio: quien escucha a los ilusionistas pierde el dinero y se gana la mofa de los chiquillos.
Las figuras que se amontonan detrás del simplón y el ratero contemplan la escena con ironía.