Tras varias discusiones y peleas por el puesto, deciden votar, pero como todos los pitufos votan por sí mismos, se decide retrasar las elecciones hasta el día siguiente.
También pone pósteres, hace un desfile, da discursos y ofrece jugo de frambuesa en su casa.
Entonces los demás pitufos se acercan al palacio con intenciones anti-Pitufísimas, pero los guardias los ahuyentan.
En los días siguientes, otros pitufos huyen al bosque para unirse a los rebeldes.
Para evitar más posibles deserciones, el Pitufísimo ordena armar una empalizada en torno a la aldea.
Durante la construcción, los rebeldes envían un mensaje: si el Pitufísimo no abdica a la salida del sol, atacarán.
En eso, el Pitufo con Gafas (del que todos se habían olvidado) sale de entre los restos del palacio y la cárcel, cantando la "Pitufesa", pero deja de hacerlo cuando le dicen que el Gran Pitufo volvió.
Al final, el viejo traje dorado del Pitufisimo es convertido en un espantapájaros.
Además, en algunas obras aisladas de los pitufos, hace reflexiones claras sobre conceptos como la alegría, la tristeza, el amor, la hipocresía, el servilismo, etc. Bélgica, país al que pertenecían los autores, ha sufrido a lo largo de su historia por los intereses políticos y otros autores de cómics, como el también belga Hergé han reflexionado sobre la realidad social y la han llevado a sus obras.