El Pampero

Nació en la Imprenta del Cabildo de Montevideo, regenteada en aquel entonces por Manuel Torres, con Santiago Vázquez como primer redactor.

Sin dejar a un lado el sesgo crítico y el ácido humorismo, Santiago Vázquez desarrolló una escritura más sobria que, por ejemplo, la de Francisco Giró quien desbordaba en belicosidad periodística.

En el primer artículo del semanario, Vázquez escribió como justificación al nombre de la publicación (haciendo referencia al viento Pampero): “A su aspecto huyen aterrados los vientos calientes del Norte que abrasan nuestras mieses, que esterilizan nuestros campos, que aniquilan nuestras haciendas, y si alguna vez osados se atreven a disputarle el puesto, sañudo y terrible como la ira de Júpiter, los arrastra en su furia hasta el Trópico, y van a ocultarse en sus montañas.” (El Pampero, N.º 1, 19/12/1822) El Pampero anunciaba el advenimiento de tiempos de emancipación, así como estrechaba los lazos con los descontentos bonaerenses que también anhelaban un viraje político.

Este semanario llegó a vender 600 ejemplares en menos de cinco horas, en un Montevideo que aún no alcanzaba los 15.000 habitantes.

Este dato es proporcionado por Silvestre Blanco, señalando lo llamativo del suceso, en una carta a Bernardino Rivadavia.