[1] En la portada (ver imagen) aparecía siempre un grabado que representaba un labriego de L'Horta vestido con saragüells, sombrero, camalet y alpargatas.
La misma utilización del valenciano, muy innovadora, tenía la clara intencionalidad de llegar a este público popular.
Especialmente en las primeras épocas de la revista, acompañaron a Bonilla varios autores que, siguiendo la misma intencionalidad, también asumieron motes de claros ecos agrícolas: ejemplos son Pataca Gorda (Pasqual Pérez Rodríguez), Siento Formal o Algarroba (Josep Bernat y Baldoví).
- El Mole - Suele presentar textos que hacen un breve repaso de la actualidad política y militar, en un tono predominantemente serio.
Consta de textos breves, pero a veces se incluyen narraciones, reflexiones...
En esta primera época, las colaboraciones de Bernat y Baldoví menudean más.
El Mole, todavía un poco heterodoxo, integra una mayor pluralidad de textos con la inclusión de cuentos populares, poemas o incluso narraciones fantásticas como El hombre invisible, seguramente obra del mismo Bernat.
Temáticamente, se palpa la preocupación hacia los ataques de las tropas carlistas; las autoridades, en ese sentido, suelen ser blanco de las críticas del diario para no hacer frente con la decisión y la eficacia necesarias.
Se trata, pues, de una época en que la revista puede radicalizar el discurso y hacerse más panfletaria y más beligerante, especialmente contra los moderados caídos (apodados metafóricamente cangrejos por su tendencia a andar hacia atrás).
Durante esta segunda época, y con el fin de evitar pagar el depósito que se hacía necesario para lanzar cualquier publicación periódica, Bonilla opta para cambiar el nombre de la revista con cada número publicado.
El partido democrático puro y honrado es el único que está destinado a obrar la salvación de la patria.
"[9] Siendo así, El Mole solo pudo seguir publicándose como suplemento del diario El Pueblo.
Los hechos de la Revolución Gloriosa (1868), que entronizan los progresistas, no despiertan el entusiasmo en Bonilla, que parece condenado a ejercer perpetuamente de voz crítica del progresismo cuando este llega al poder.
Las ideas de su autor evolucionan cada vez más desde el Partido Demócrata hacia un republicanismo incipiente.