El Miguelete

Es, pues, un caso de metonimia, por la que una parte (la campana) da nombre al todo (la torre).Tiene acceso por una portada angular adornada con arquivoltas y un paso cubierto con curiosas voltas nervadas.El primer cuerpo es macizo, dejando solo el hueco helicoidal de la escalera; el segundo cuerpo tiene un recinto abovedado, que es la antigua «Prisión» o Asilo de la Catedral con un solo ventanal exterior; el tercer cuerpo es la «Casa del Campanero», otro recinto abovedado parecido al anterior aunque más grande y con dos ventanales.La terraza tenía una elegante crestería calada o «apitrador» que le servía de corona y que fue arrasada en el siglo XVIII, siendo sustituida primero por una barandilla de madera y en el siglo XIX por una barandilla metálica hasta la restauración de 1983, realizada sin respetar los testigos arqueológicos conservados hasta aquel momento en la misma terraza, y que ahora se encuentran expuestos en la Casa del Campanero.La mecanización se realizó como un proceso irreversible, que tenía dos consecuencias perversas: por limitaciones de la tecnología del momento, ni los mecanismos reproducían la rica variedad de los toques locales, ni las instalaciones permitían el toque manual.También se han renovado por dos veces los mecanismos electrónicos para los toques diarios y automáticos, debido a la evolución rapidísima de la tecnología.Sobre la cubierta del cimborrio, se encuentra la antigua campana de señales que está ahora en desuso.Estas son las utilizadas para las diversas señales diarias, festivas, de muerto y extraordinarias.La relación de toques es demasiado prolija, y debe consultarse la bibliografía.Como breve resumen, las campanas oscilaban y repicaban al menos desde la mitad del siglo XV y que en el siglo XVI se impuso el volteo, o toque circular de todas las campanas, ya que comenzó con María, la mayor de todas.Igualmente se habían dotado mecanismos externos para tocar tirando del badajo a Manuel (toque diario de murallas) y María (toques de oraciones cuatro veces al día).En consecuencia en la actualidad hay dos bloques diferenciados de toques: los automáticos y los manuales.Actualmente tiene más sentido tocar los días de fiesta a mediodía, con repique o con volteos según la festividad, para construir el tiempo festivo comunitario, cuando la gente pasea por el centro histórico.Quedan tres toques de alba: para la Virgen de los Desamparados, para el Corpus Christi y para la Virgen de Agosto, y el volteo general que en tiempos de Aguado y campaneros posteriores se prodigaba al menos para estas tres fiestas, queda ahora limitado al mediodía del Corpus Christi, asumiendo la recomendación de Herrera que las campanas pequeñas, los tiples, no dizen bien con las otras, y quitan solemnidad, aumentando el caos sonoro.Los toques de muerto quedan limitados a los relacionados con la Catedral y su Cabildo, así como con las autoridades, sobre todo religiosas.
Grabado de El Miquelete —de acuerdo a la grafía de la fuente— en El Museo Universal , 1858.
Fotografía del Miguelete tomada en 1870, por Ainaud para J. Laurent . [ 2 ]
Desde lo alto de la torre del Miguelete, vista en picado, viéndose a la izquierda la fachada barroca de la puerta de los Hierros.
Escalera de caracol para ascender a lo alto de la torre del Miguelete.
Ventanales de la sala de campanas. Estilo gótico, de comienzos del siglo XV .
Campana llamada El Miguelete, o Micalet, para dar las horas, en la espadaña.