El Comulgatorio (Zaragoza, 1655) es un tratado que se ocupa de la preparación del cristiano para recibir la comunión escrito por Baltasar Gracián.
El capítulo o meditación primera sirve a la preparación del cristiano para recibir la comunión, el segundo al acto de la comunión propiamente dicha, el tercero a los frutos que se obtienen de recibir el cuerpo de Cristo y el cuarto a dar gracias.
Quizá Gracián se decidiera a escribir una obra más adecuada a los mandatos de su Orden que los tratados morales profanos que había escrito hasta la fecha.
Efectivamente, se cultivó por esta época un género piadoso que tuvo bastantes cultivadores entre los jesuitas (que llevaban cartapacios donde anotaban sus temas para la meditación), como Luis de la Palma, o Juan Eusebio Nieremberg.
En concreto, aparecen abundantes paralelismos entre la Eucaristía y el acto físico de comer.