Los jesuitas abrieron seis estancias en la provincia de Córdoba, llamadas Caroya, Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia, La Candelaria y San Ignacio.
Las administraron los franciscanos hasta el año 1853, cuando los jesuitas regresaron al continente americano.
La Estancia de San Ignacio ya no existe puesto que está literalmente reducida a escombros, razón por la cual no integra el área protegida como Patrimonio de la Humanidad por Unesco.
Las estancias fueron seis: Caroya, Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia, La Candelaria y San Ignacio de la cual solo se resguardan algunos vestigios.
Las Estancias Jesuíticas eran establecimientos agroganaderos ubicados en la actual provincia de Córdoba, Argentina.