[5] Al final de postclásico, los chichimecas vivían en la región, anteriormente estas tierras estuvieron ocupadas por pueblos sedentarios integrados a la alta cultura mesoamericana.
Durante este largo tiempo los hombres que habitaron la región dónde se asienta Ocampo forjaron una cultura con características e identidad propias.
Este nombre se les dio por suponer que tenían un grado cultural inferior en comparación con otras culturas nativas de Mesoamérica.
[6] Los chichimecas lograron edificar templos-fortaleza, canchas de pelota, desarrollaron la cerámica, la pintura (petroglifos), etc. todo ello en un medio desfavorable, en una zona árida donde las precipitaciones pluviales son escasas y el clima es variable.
Armando Nicolau Romero, continúa la investigación arqueológica del sitio, levantamientos topográficos y excavaciones.
Los trabajos de investigación han identificado tres espacios arqueológicos, a los que se llamó barrios: área considerada ceremonial; en la parte baja, los barrios Gotas y Montes, que albergan plataformas, y a lo largo del valle distintas unidades habitacionales.
[4] En la cima del cerro se han identificado cuatro estructuras piramidales, posiblemente un área exclusiva para gobernantes y sacerdotes.
Hasta el momento se han excavado seis conjuntos de este sitio prehispánico asociado a la cultura Tunal Grande (200-1100 d. C.): Gotas, Llano, Aire, Cóporo, Montés y Caracol.
[9] El Conjunto Cóporo se ubica en la cima del cerro, es una zona ceremonial, a manera de acrópolis.
El Conjunto Gotas se encuentra sobre la ladera, es un espacio cívico administrativo[8] Excavaciones recientes, permitieron identificar a este edificio como una unidad habitacional, ya que se han encontrado restos de madera utilizada en su momento para soportar el techo a manera de columnas.
Los análisis de carbono 14 datan estos restos entre los años 500 y 900 d. C. Este Conjunto Montes, es una zona residencial.
[8] El Conjunto Llano se encuentra en la parte baja, existen distintas áreas públicas y domésticas así como talleres.
[9] Estas 20 columnas probablemente hacen referencia a calendarios mesoamericanos con igual número de días.
Algunas piezas permanecen a flor de tierra, revueltas con estiércol del ganado que pasta en el área.