Sedimentos lacustres depositados han permitido precisas reconstrucciones del clima y la vegetación basados en estudios palinológicos.
Hace unos 11 000 años, la temperatura volvió a bajar y el bosque a retroceder, dando lugar al que se conoce como «estadial de El Abra», recrudecimiento final de la última glaciación.
En El Abra, junto a instrumentos «abrienses», se encuentran otros conocidos como «tequendamenses», provenientes de este período, elaborados con más esmero y técnicas nuevas, a veces con materiales más finos provenientes del valle del río Magdalena, evidenciando una alta movilidad de los cazadores nómadas.
Hace 10 000 años, al finalizar la glaciación y comenzar el holoceno, el bosque andino se extendió nuevamente.
También se identifican instrumentos de hueso y desaparece la «cultura abriense».