Con 22 años, Nandino junto con su amigo Roberto Rivera , desde Guadalajara publicaron la revista Allis Vivere la cual tuvo una buena recepción estudiantil y por la que otro condiscípulo, Delfino Ramírez, les propuso presentarlos con Salvador Novo y Xavier Villaurrutia,[1] con este último desarrolló una estrecha amistad.
Aborda temas como el sueño, la noche, la duda y la muerte, inspirados en las noches de guardia que tenía que cumplir en el Hospital Juárez, a las cuales acudía Villaurrutia para compartir lecturas propias y de otros autores.
[3]A finales de los años 1930 publica una colección de cuadernos, llamada México Nuevo, en la que da cobertura y apoyo a poetas que, prácticamente como él, están empezando.
En los años 1950 la influencia anteriormente citada queda atrás para adoptar un estilo mucho más personal.
Aunque sigue tratando temas como la muerte o la noche, la madurez es clara y su obra pasa a ser mucho más sencilla y profunda; le interesa lo humano, donde se apega al tono menor.
Ésta está marcada por un cambio radical en los temas de su obra, ya que son una mezcla entre erotismo y metafísica, siempre con un tono más que irreverente.
Miembros del grupo de los Contemporáneos lo habían definido como el valiente al que, en sus poemas, poco le importaba explorar lo no explorado hasta entonces.