Edward Garnett

Ganó reputación en su época por su mezcla de sentido común y sensibilidad para la literatura contemporánea.

Trabajó como editor y lector de manuscritos para las editoriales londinenses T. F. Unwin Ltd., Duckworth and Co.

Como autor no tuvo tanta suerte: su obra The Breaking Point fue prohibida en Londres bajo la censura del Lord Chamberlain.

Su publicación, en cambio, sí fue permitida, y en 1907 salió a la luz junto con una carta abierta al censor, escrita por el también crítico William Archer.

Esto puede considerarse como un episodio más en la campaña que por encontes se libraba, con George Bernard Shaw a la cabeza, para lograr la libertad del teatro.