[2][3] Su obra está caracterizada precisamente por un carácter anti-germano,[1][4][5] de hecho el gobierno alemán llegó a poner una recompensa a su cabeza, de 12 000 gulden.
[6] Trabajó para publicaciones como Algemeen Handelsblad o De Telegraaf,[6] denunciando la invasión alemana y las «atrocidades» cometidas por estos, entre las que destacaban las concernientes al conocido como «Rape of Belgium».
[7][a] En su obra, en palabras de Ross Eaman, Raemaekers dibujaba a los alemanes como «agresores inflados y deshumanizados»;[9] otros autores señalan un marcado contraste en su retrato de ambos bandos enfrentados en la Primera Guerra Mundial, atribuyendo a los aliados conceptos como «cultura» y «civilización» y a los alemanes el de «barbarismo».
[10] Ha sido calificado como una de las figuras claves en la propaganda de las ideas del bando aliado.
[10][11] En 1917 fue enviado a una gira por Estados Unidos con el fin de prender el sentimiento germanófobo en el país;[2] llegó a recibir elogios ese mismo año del expresidente Theodore Roosevelt.