Sin embargo, el evento no se llevó a cabo debido al estallido de la Guerra civil española.
[5] Bone se quedó en España trabajando como médico[1] y como periodista con Claud Cockburn, corresponsal del Daily Worker.
[2] En 1949, regresó a Hungría como corresponsal autónoma del Daily Worker,[2] pero fue acusada de espía para el gobierno británico, los servicios secretos de la Államvédelmi Hatóság (AVH) la detuvieron y estuvo mantenida en aislamiento sin juicio durante siete años.
En 1951, e se negó a hablar húngaro y utilizó las otras cinco lenguas que conocía.
Sus protestas dieron resultado ya que en 1952 le permitieron el acceso a los libros y de éstos aprendió una séptima lengua, el griego.