Edificio Ipiña

Se cree que en el mismo sitio durante la época virreinal había un centro de reclusión para los detenidos por la Inquisición.

Ipiña se había hospedado en la Rue de Rivoli por tres años mientras estudiaba en la Universidad Sorbona.

Ipina trató de convencer a su pariente Matías Hernández, quien era el dueño de la manzana al lado del actual Edificio Ipiña, a ceder el terreno para continuar su proyecto pero Hernández se negó.

Originalmente soñó con crear su casa en esta manzana pero no pudo comprar las propiedades restantes entonces tuvo que buscar otro lugar.

Los Ipina eran dueños de casi toda la manzana excepto dos fincas en la parte norte.

Fue necesario volver a amueblar su casa ya que los revolucionarios se habían llevado hasta las alfombras.

Cabrera luego cayó en una depresión profunda la cual trató de remediar con un viaje a Europa.

Los políticos le temían mucho y preferían tenerla de amiga que enemiga.

La mujer atrapada en su departamento hizo un hechizo y trazó en la pared una carroza jalada por dos grifos.

La carroza tomó vida y la hechicera se subió en ella, desapareciendo en el horizonte sin dejar rastro atrás.

El Edificio Ipiña tiene semejanzas con la Rue de Rivoli , de la cual fue inspirado.