Su calidad de imagen superaba con mucho a cualquier otra edición, por las cintas empleadas y los equipos donde se registraba.
Posteriormente, la mejora técnica incluyó las titulaciones, los efectos gráficos y otros elementos muy costosos.
[1] Según ambas definiciones, una edición en línea podría corresponder a cualquier producto editado con calidad final.
Esta pista supuso una revolución en la edición de vídeo al reducir mucho las horas de trabajo y permitir que la misma edición, exactamente la misma, pudiese duplicarse en varios equipos y cuantas veces se quisiera.
Con ellos se podían incluir títulos, subtítulos, efectos visuales y una serie de acabados presentes rara vez en otras ediciones.
[3] Pero todos estos equipos suponían unos alquileres cuantiosos, razón por la cual se trataba de llevar el programa lo más acabado posible, con la mayoría de decisiones ya tomadas al realizar otras ediciones, conocidas como ediciones off-line.