Los economistas de Cambridge sostuvieron que una cierta parte o fracción del circulante no será utilizado para transacciones, sino que se mantendrá o acumulara para la comodidad y la seguridad de tener “efectivo en caja”.
Esta porción del efectivo se representa normalmente como k, y se entiende como esa fracción de los ingresos nominales que iguala el circulante al dinero demandado:
(o, alternativamente, la cantidad de dinero que los individuos consideran conveniente mantener como reserva líquida).
A pesar de que tanto la versión clásica como la representada por la ecuación de Cambridge tienen una larga historia[3] generalmente se considera que esta última fue presentada formalmente por primera vez en 1917 en Pigou "Value of Money".
[6] En su Teoría General del Empleo, Interés y Dinero, Keynes amplió este concepto, desarrollando la idea de preferencia por la liquidez