En la conversación referida por Sócrates, Iscómaco describe los métodos que usó para educar a su mujer en la gobernación del hogar, sus costumbres en el gobierno de los esclavos, así como la tecnología usada en las granjas.
Unos dos tercios del diálogo se dedica a la discusión entre Sócrates e Iscómaco.
En el final de la obra no se vuelve a la discusión con Critóbulo.
Siguiendo a Foucault estudiosos feministas e historiadores sociales han estudiado el Económico como una fuente para las actitudes griegas sobre la relación entre hombres y mujeres, pero se han sucedido diferentes interpretaciones.
Unos ven la actitud de Jenofonte como misógina y patriarcal, mientras otros mantienen que, en cierto modo, fue un protofeminista.