Sin embargo, la presencia de árboles hace a los ecosistemas forestales y su estudio único en muchas formas diferentes.
Como los árboles pueden crecer más que otras plantas, existe el potencial para tener una amplia variedad de estructuras forestales (o fisonomías).
[2] Por esto se puede decir que los bosques son a menudo entornos altamente heterogéneos en comparación con otras comunidades de plantas terrestres.
[3] Por ejemplo, el pavo salvaje prospera cuando existen irregularidades en la altura y variaciones de dosel se presentan, pero sus números disminuyen cuando la madera envejece.
Además, en los bosques de alta productividad, el rápido crecimiento de los árboles mismos, induce a cambios bióticos y ambientales; aunque a un ritmo más lento y con menor intensidad que las perturbaciones relativamente instantáneas, como los incendios.
Tal vez la hojarasca puede formar un gran depósito para el almacenamiento de agua, pues cuando se retira o es compactada esta cama (mediante el pastoreo o el uso humano excesivo), la erosión y las inundaciones se agravan, así como la privación de agua durante la estación seca para los organismos forestales.