EE-T1 Osório

[1]​ La intención era que se vendiera por primera vez a los países del mundo árabe y otras naciones del continente americano, para lanzar la producción y permitir que el Ejército Brasileño pusiera más tarde sus propias órdenes sin tener que financiar los costes del desarrollo; se intentó vender sin éxito total al Gobierno Saudí debido a sucesos macro-políticos, eventos funestos como la Guerra del Golfo y la presión política de los Estados Unidos.

El primer contacto fue con la empresa ThyssenKrupp de Alemania que ofrecía su proyecto Leopard 3, pero en la reunión que sostuvo Engesa con la empresa alemana no se llegó a ningún acuerdo, ya que los alemanes presentaron al TH-301 que estaba basado en el Marder y fue usado para el desarrollo del Tanque Argentino Mediano, con eso no había posibilidad de competir contra tanques como el M1 Abrams, el AMX-40 o el Challenger 1 y la firma alemana se cerró sólo a esa oferta.

Con este nuevo revés, Engesa tomaría la decisión que le llevaría a la ruina: realizar el proyecto de forma autónoma, esto hizo que los proyectos de blindados sobre ruedas de la empresa, que tenían una gran reputación y un mercado estable y asegurado pasaran a un segundo plano y que todos los recursos financieros, tecnológicos y de marketing se concentraran exclusivamente en el desarrollo del Osório.

Se escogió la suspensión hidroneumática fabricada por Dunlop, igual a la montada en el Challenger 1 sólo que sin control sobre ejes, la elección de la suspensión hidroneumática otorgaba varios beneficios: silueta más baja, mejor rendimiento en terrenos irregulares, mayor facilidad de mantenimiento y mayor comodidad de la tripulación al minimizar los movimientos y el esfuerzo realizado.

[5]​ El EE-T2 estaba destinado a la competencia en Arabia y también a cualquier cliente extranjero interesado, por ello se tornó una necesidad urgente montar un cañón de 120 mm, las 3 opciones de armamento principal disponibles en aquel momento para el EE-T2 eran las siguientes: Por mero descarte el cañón elegido fue el modelo francés.

Se propuso una tercera variante que iba a montar el cañón 2A46 de calibre 125 mm pero nunca fue construida.

Ambas variantes tenían el cañón principal estabilizado, lo que les permitía disparar en movimiento.

[7]​ Gran parte del sistema de control de tiro usado en el Osório (incluyendo el microordenador y los periscopios) fueron usados en el Vickers Mark 7, lo que contribuyó al posterior desarrollo del Challenger 2.

Con esto lo que se buscaba era asegurar un alto índice de aciertos al primer disparo,[9]​ otorgándole una ventaja ofensiva considerable, estas características no tenían equivalente en América Latina.

[9]​ En 1984 se había completado el chasis del primer prototipo, pero no llegaban las torres, esto era un problema puesto que se iba a recibir una visita muy importante: el príncipe Abdalá bin Abdulaziz, medio hermano del rey Fahd bin Abdulaziz, como se mencionó, Engesa gozaba de una enorme reputación en el mercado del mundo árabe, por lo tanto era clave mostrar el proyecto, el príncipe visitaría a Embraer, Avibras y a Engesa.

[4]​ El AMX-40 francés y el Challenger 1 inglés fueron descartados, quedando el Osório y el M1 Abrams estadounidenses en la “lista corta” como finalistas y quien saldría como el ganador por su gran robustez y fiabilidad en todas las pruebas sería el carro brasileño, el contrato por la producción de 340 modelos T2 estaba estimado en US$ 7.2 billones, el tanque iba a ser nombrado “Al Fahd” en honor al monarca saudí,[7]​ una vez entrase en servicio para el Ejército de Arabia Saudita recibiría mejoras para adaptarlo al ambiente desértico saudí,[7]​ se hablaba de montar una línea de producción en Arabia e incluso Engesa capacitó a militares saudíes, sin embargo Engesa no contó con algo: la influencia y la capacidad de presión de los Estados Unidos.

Las pruebas realizadas en Arabia causaron grandes repercusiones, esto hizo qué, en 1988, los Emiratos Árabes Unidos le extendiera una invitación a Engesa para que hiciera una demostración de las capacidades del Osório.

De la carrera el medio Hobby Noticias destaca una anécdota que demostraba las excepcionales características del Osório : El tanque italiano sufrió un incendio en el motor, quedando atrapado en una duna y siendo abandonado en el desierto.

A continuación, el equipo brasileño, experto en este tipo de competencias puesto que ya habían participado en pruebas similares alrededor del mundo decidió darle una mano amiga al equipo italiano ya desalentado: engancharon el tanque italiano al Osório, lo sacaron de la duna en la que se encontraba atrapado y lo remolcaron hasta los cuarteles árabes.

[4]​ Los Emiratos Árabes Unidos no hizo ningún comentario respecto a los 3 tanques participantes, postergando para un momento más oportuno una nueva serie de pruebas, en 1993 anunciaron la adquisición del AMX-56 Leclerc.

Por el momento se han barajado dos propuestas para retomar el proyecto del Osório, modernizarlo y producirlo, la primera salió por iniciativa del Ejército Brasileño que proponía hacer ingeniería inversa sobre uno de los prototipos conservados para modernizarlo, también proponían invertir en la creación de la infraestructura necesaria para iniciar su producción a gran escala y el montaje final, siendo encargada en ese aspecto la empresa IMBEL.

Armamento secundario: dos ametralladoras FN MAG, una coaxial y otra antiaérea, 12 tubos lanzagranadas de humo fijos calibre 66 mm, esta variante estaba destinada al Ejército Brasileño.

Armamento secundario: un cañón de cadena EX-34 coaxial calibre 7,62 mm y una ametralladora Browning M2 antiaérea, 12 tubos lanzagranadas de humo fijos calibre 66 mm, esta variante estaba destinada para la competencia en Arabia.

Prototipo de artillería autopropulsada armado con el cañón GHN-45 calibre 155 mm (nunca construido).

EE-T2 Osório durante un desfile militar
Los tanques candidatos para la competencia en Arabia, se puede apreciar a los 4 candidatos: el M1 Abrams estadounidense, el Challenger 1 inglés, el AMX-40 francés y el EE-T2 Osório brasileño