Democracia digital

La democracia electrónica incluye en ese sentido la práctica del acceso a información pública de sujetos políticos, voto electrónico, pero va mucho más allá de este único aspecto del proceso democrático.La necesidad de permitir una comunicación anónima mientras, al mismo tiempo, se puedan otorgar determinados permisos dentro del sistema electrónico a ciudadanos concretos, podría ser resuelta usando ciertos métodos criptográficos.En España se comenzó a implantar el documento nacional de identidad (DNI) digital en 2006, aunque aún no están claras sus aplicaciones en los procesos electorales.La democracia electrónica, y más concretamente el voto por Internet, debería contar con todas las ventajas de seguridad en el ámbito legal para poder desarrollarse, dado que se considera que existen ya todos los medios tecnológicos necesarios para ello.En ese sentido, Internet tiene una capacidad computacional mucho mayor que permite un fuerte cifrado y manejo de bases de datos, lo cual es importante para el acceso compartido a la información, para la democracia deliberativa y para la prevención del fraude electoral.Además, la gente puede usar Internet para colaborar y encontrarse de manera asíncrona —es decir, no necesitan estar reunidos al mismo tiempo para lograr las cosas—.Este paso potencial hacia la democracia directa electrónica no requiere cambios constitucionales ya que simplemente refuerza la relación entre el elector y el elegido.Actualmente existen movimientos como Democracia Directa Digital y Partido de Internet en España, Asociación Civil Eudemocracia en Argentina o el Partido Digital en Uruguay que abogan por dicho sistema.Este concepto ha sido recuperado por otros movimientos en diversos lugares del mundo en la actualidad gracias a las posibilidades de Internet.La democracia directa electrónica como sistema no ha sido implementada totalmente en ningún lugar del mundo aunque Suiza, ya gobernada parcialmente por democracia directa, se mueve en dirección a dicho sistema.Por tanto, lo que sería verdaderamente necesario, es utilizar los mecanismos de democracia electrónica para crear y consolidar procedimientos que permitan revisar las decisiones políticas y escuchar a todos los intereses de la sociedad.Por otro lado, existen objeciones más prácticas, relacionadas con la brecha digital entre aquellos con acceso a los medios de la democracia electrónica (teléfonos móviles y conexiones a Internet) y los que no los tienen, como también el costo del gasto en las innovaciones de democracia electrónica.