[1] Durante aquella época en Europa, sobre todo los tribunales Reales, los licores se empleaban como digestivos, como bebidas espirituosas de sobremesa, generalmente condimentadas con hierbas, especias y azúcar.
El príncipe solía llevar consigo esta bebida, a la que denominaba eau de vie, atribuyéndole propiedades curativas.
Junto con otros miembros de su familia, John MacKinnon llevó al príncipe hasta Mallaig, donde se encontró ante las tropas enemigas del gobierno.
[5] Carlos logró finalmente huir a Francia en una dramática aunque humillante fuga disfrazado como doncella de Flora Macdonald, tras sobrevivir durante cinco meses en Escocia.
[4] El regalo del príncipe fue conservado por la familia MacKinnon, que elaboraron distintas variaciones de la receta original, haciéndose conocida en la zona como dram buidhe (en gaélico, la bebida amarilla) o an Dram Buidheach (en gaélico, la bebida que satisface).
[3] Todavía hoy en día, sólo la matriarca de la familia McKinnon conoce la receta original del drambuie y se asegura que la receta se encuentra guardada a buen recaudo, transmitiéndose de generación en generación.
Fruto de esta apertura al mercado Bacardí decidió relanzar el drambuie tras adquirir la marca Varma.
[3] Las hierbas y la miel que participan en su elaboración, le conceden un carácter especiado, condimentado sin recrearse demasiado en lo dulce.
Se puede servir solo, en cócteles y en cremas para postres o repostería, siendo estas últimas un plato tradicional en la cocina escocesa[9]