Dos de la vida airada

Sus temores se ven justificados cuando al terminar su actuación Manolín cuenta dicho colmo, y los sacan de la carpa.

Manolín se pierde toda la noche, y cuando regresa no recuerda nada, entonces Shilinsky lo interroga y se da cuenta de que por un trauma de su niñez Manolín cuenta ese colmo cada vez que toma tequila.

Cuando un hombre intenta contratarlos, las «mensadas» de Manolín hacen que este se vaya, y no consiguen el trato.

Al entrar furtivamente, los sorprende una mujer (que es la hija de don Laureano) y luego la criada los somete.

Después llega la policía llevando a Manolín, Shilinsky y Jacinto, quienes se acusan mutuamente de rateros.