Dos bretonas bajo un manzano en flor

La representación de las gentes del país, especialmente las mujeres, es frecuente en su obra.

Según afirma Guillermo Solana, «reunidas por parejas o en grupos, absortas y en actitud contemplativa, estas mujeres "primitivas" encarnan una silenciosa comunión con la naturaleza, inaccesible al espectador masculino y "civilizado".

Así, estas dos bretonas parecen íntimamente vinculadas al árbol, como si participaran en su florecimiento».

Diez años después la obra reaparece en esta misma casa de subastas, momento en que es adquirida por Carmen Cervera, baronesa consorte de Thyssen, para su colección particular.

Allí se puede ver en la sala L3, dedicada a la pintura europea impresionista y posimpresionista.