Al mismo tiempo, hace su aparición un malvado onmyoji inmortal llamado Yasunori Katō, también descendiente de Seimei, y cuya intención es despertar a Masakado para demoler la ciudad.
Kato embosca a la chica en los jardines de un templo e introduce en su cuerpo un espíritu fukucuhu-mushi para controlarla.
Con Yukari bajo su voluntad, Kato intenta llevársela por un río, pero los shikigami del clan Tsuchimikado lo encuentran y Hirai llega para batallar con él.
Inadvertidamente, Yoichiro enloquece momentáneamente y viola a su hermana en un acto de incesto.
Su primer intento de capturarla es interrumpido por Kamo, lo que pone sobre aviso al clan Tsuchimikado.
Sin más alternativas, Kamo se enfrenta a Kato, pero Yasunori acaba con él de manera cruenta.
Noritsugu Hayakawa planea construir un metro subterráneo para modernizar la ciudad, y contrata para ello a Torahiko Terada para supervisar la construcción.
Pero Kato comienza a utilizar feng shui para producir un terremoto todavía más violento que el anterior.
Como los trabajadores no pueden acceder al lugar, Terada toma una nueva dirección en sus planes y recluta la ayuda del doctor Makoto Nishimura para utilizar su enorme robot Gakutensoku para finalizar la construcción.
Entre tanto, una miko llamada Keiko Mekata es contactada por el espíritu de Masakado para detener a Kato.
Con el tiempo, Keiko se casa con Yoichiro Tatsumiya, dando así protección espiritual a toda la familia.
Al mismo tiempo, dado que el espíritu de Masakado está compensando los efectos sísmicos de Kato, éste cambia su plan, decidiendo secuestrar a Yukiko y usarla como un sacrificio y amplificar el desequilibrio.
Kato llega hasta la vena de energía subterránea, donde los tres penetran; allí Yasunori ofrece a Yukiko en sacrificio al dragón subterráneo para finalizar su plan, y Keiko, desposeída de su poder por el aura del lugar, le confronta, mientras Yukiko empieza a ser abosrbida por la vena.
Como consecuencia, Keiko se ve librada de la restricción y utiliza su poder para expulsar a Kato.
Finalmente, Keiko abraza al atormentado Kato y le besa, usando el poder de la piedad para contrarrestar el odio de la maldición que movía a Yasunori y purificando al onmyoji.
Kato es un malvado onmyōdō inmortal que planea la destrucción de Tokio para derribar al imperio de Japón y vengar a las gentes que fueron masacradas por él en la antigüedad, cuyo odio sobrenatural alimenta sus poderes.
Está enamorado desde hace tiempo de Yukari, hecho que es conocido por ella, e intenta protegerla contra Kato.
Kuroda es un experto en feng shui llamado por Shibusawa para solucionar los extraños problemas que interrumpen la construcción del metro de Tokio.