Domingo de Guzmán

En este tiempo, transcurrido en su anciano parte en Gumiel de Izán, despertó su vocación hacia el estado eclesiástico.

Fue en el año 1191, ya en Palencia, cuando vende sus libros para aliviar a los pobres del hambre que asolaba Castilla.

[1]​ Rehusó los obispados de Conserans, Béziers y Cominges, para los que había sido elegido canónicamente.

[1]​ Un año después, en el siguiente capítulo celebrado también en Bolonia, se acuerda la creación de ocho provincias.

[3]​ La ciudad capital de la República Dominicana (Santo Domingo) lleva ese nombre en su honor.

Por ello, si quieres ganar para Dios esos corazones endurecidos, predica mi salterio».Según la misma leyenda, al comenzar Domingo su predicación, se desencadenó una terrible tormenta, tembló la tierra y se oscureció el sol.

En poco tiempo se experimentó un gran cambio de vida y costumbres en la ciudad.

Santo Domingo de Guzmán tiene asociados varios elementos relacionados con su vida.

En agradecimiento, puso a su hijo por nombre Domingo, como el santo de Silos.

El amor por la pureza de Domingo fue tan perfecto que, en su lecho de muerte, al hacer una confesión pública frente a sus hermanos, pudo decir: «Gracias a Dios, cuya misericordia me ha conservado en perfecta virginidad hasta este día; si deseáis guardar la castidad, evitad todas las conversaciones peligrosas y vigilad vuestros corazones».

La misma leyenda también cuenta que durante el bautismo de Domingo apareció una estrella sobre su frente.

Por medio de su vida y predicación, Domingo fue como un faro guiando almas hacia Cristo.

De acuerdo con la leyenda, el papa Inocencio III, santo Domingo y san Francisco tuvieron un sueño.

Cada uno de ellos vio que la Basílica Laterana estaba comenzando a derrumbarse, y a dos frailes, uno en hábito blanco y el otro en un hábito marrón, colocándose ellos mismos como columnas para evitar el colapso total.

De igual modo, Francisco de Asís se reconoció a sí mismo como el fraile del hábito marrón, pero desconocía quién era el del hábito blanco.

Mirándose mutuamente, cada uno reconoció al otro como el compañero que ayudaba a soportar la Basílica Laterana, y se abrazaron en medio de la calle.

Esta reliquia es procesionada cada Viernes Santo junto a otra de san Roque en un relicario doble situado en el frontal del trono de María Santísima del Mayor Dolor.

La casa de Santo Domingo en Toulouse .
Domingo de Guzmán vio la necesidad de un nuevo tipo de organización para enfrentar las necesidades de su tiempo, una que mantendría la dedicación y la educación sistemática de las anteriores órdenes monásticas para influir en los problemas religiosos de la población, pero con más flexibilidad de organización que las otras órdenes monásticas o la clerecía secular.
Santo Domingo con sus símbolos, obra de Claudio Coello .
Escudo de la Orden de Predicadores. [ 5 ]
Monumento a Santo Domingo de Guzmán en Burgos