Juana de Aza

Se caracterizó por su vida penitente y por su amor a la Eucaristía, conjuntamente con sus hijos.

Dice la tradición que antes del nacimiento de Santo Domingo su madre soñó que de su matriz saltaría un perro con una antorcha en su boca.

Una fuente posterior, todavía del siglo XIII, da los nombres de la madre y el padre de Domingo como Juana y Félix.

Casi un siglo después del nacimiento de Domingo un autor local afirma que el padre de Domingo era vir venerabilis et dives en populo suo ("un hombre honrado y rico en su pueblo"); más tarde hagiógrafos, explicando las identidades gradualmente desarrolladas para su padre, dijeron ser un miembro de la familia local noble de Guzmán y para su madre, que tarde o temprano fue también adscrita a una noble familia regional, la de Aza.

El incendio se descontroló, hasta que un joven, rezando a la Beata, arrojó una imagen suya pidiendo que acabase con el fuego.