Aún conserva dos lajas que hacen de techo en la parte más próxima a la cámara.
Además, estas grandes piedras servían de apoyo a otras losas que lo cubrían.
[2] Mientras estuvo en uso, albergó los restos humanos que eran depositados tanto en la cámara como en el corredor.
Por todo ello, este dolmen se puede fechar hacia la segunda mitad del IV milenio a. C., en el Neolítico.
[3][2] Para visitarlo se deben seguir las señalizaciones que, desde Sargentes de la Lora, guían por un camino de tierra paralelo al río hacia el noroeste hasta encontrar el megalito.