Dogma central de la biología molecular

Esto nos propone que existe una unidireccionalidad en la expresión de la información contenida en los genes de una célula, es decir, que el ADN se transcribe como ARN mensajero y que este se traduce como proteína, elemento que finalmente realiza la acción celular.

El dogma también postula que sólo el ADN puede duplicarse y, por lo tanto, reproducirse y transmitir la información genética a la descendencia.

Francis Crick expresó el dogma central por primera vez en 1958,[1]​ y se replanteó en un artículo de Nature publicado en 1970.

[2]​ En su autobiografía, What Mad Pursuit (1988), Francis Crick escribió sobre su elección de la palabra dogma y algunos de los problemas que le ocasionaron: Similarmente, Horace Freeland Judson escribió en The Eighth Day of Creation:[3]​ No obstante, la ciencia es un ente dinámico, que no se asienta en dogmas.

Estas excepciones atañen, entre otras situaciones o elementos, a los priones, ribozimas y la enzima transcriptasa inversa.

Líneas continuas representan al "dogma" original y al procesamiento general de la información genética. Las líneas discontinuas corresponden a casos especiales descubiertos en décadas recientes.
En verde nuevos descubrimientos. Adicionalmente se ha observado una traducción directa del ADN a proteínas in vitro . [ 4 ] [ 5 ]