Doble presencia

[1]​ Esto dificulta la manera de estudiar lo que supone la incorporación de la mujer al mercado laboral, la relación entre producción y reproducción, entre otros aspectos (como puede ser también la relación entre trabajo y desigualdad social).[1]​ La doble presencia, en opinión de la socióloga italiana Laura Balbo, que utilizó el término en el año 1978 en su artículo "La doppia presenza",[2]​ es un fenómeno que surge en la modernidad tardía, es por ello un fenómeno típico de una sociedad basada en un capitalismo industrial, en el que se da una rígida separación de espacios, actividades y géneros.[3]​ Este fenómeno tiene una gran importancia económica (sin la doble presencia es difícil entender cómo las sociedades han conseguido su terciarización) y social (redefinición de los perfiles de la estructura social), por lo que ha sido estudiado desde diferentes perspectiva por diversos investigadores como Rosemary Crompton y Michael Mann, en su estudio “Gender and Stratification”, Cambridge, Polity Press (1986); o John MacInnes, en su trabajo, junto a Julio Pérez Díaz, “The reproductive revolution and the sociology of reproduction”, IUSS, en University of Princeton, 2005.[1]​ Así, esta doble presencia dificulta la viabilidad de muchas políticas que, en la vida real y en su puesta en práctica, no tienen en cuenta la “especificidad” del trabajo femenino.Puede verse como los distintos presupuestos de partida y los distintos imaginarios sociales en torno al empleo o la profesión y el trabajo doméstico- familiar, siguen queriendo considerar el género femenino como un todo homogéneo (cuando no lo es) y también reflejan las resistencias del género masculino a perder parte de sus privilegios.
Una madre visita junto a su hijo a sus compañeras de trabajo durante su baja por maternidad .