En 1836 ingresó en la Escuela Superior de Ingenieros de San Petersburgo; pero odiaba cordialmente las ciencias y las matemáticas y, en realidad, sólo se había matriculado por la estrecha amistad que le unía a otro estudiante, el futuro novelista Fiódor Dostoyevski.
En 1840 ingresó en la Academia de Bellas Artes al mismo tiempo que intentaba abrirse paso como actor dramático, pero, como él mismo llegó a reconocer, carecía de talento para ser pintor o actor y al año abandonó estos intentos.
En 1846 publica su primera novela campesina: La aldea, un retrato lúgubre sobre la servidumbre campestre que valió los elogios del crítico Belinski.
La temática rural reaparece en otras novelas del autor: El transeúnte, 1851, Los nuevos colonos, 1855.
A la decadente nobleza rusa, a los terratenientes y su parasitaria y fútil vida dedicó Grigoróvich sus novelas Caminos rurales, 1852, El ogro, de 1848, Una vida fracasada, 1850, Las andanzas de Nakátov, 1849.