El término «distribución cosmopolita» por lo general no debe tomarse literalmente, porque a menudo se aplica de manera vaga en varios contextos.
Por lo general, la intención no es incluir regiones polares, altitudes extremas, océanos, desiertos o islas pequeñas y aisladas.
De forma similar, el término «maleza cosmopolita» no implica más que la planta en cuestión se encuentra en todos los continentes excepto en la Antártida; no pretende sugerir que la especie esté presente en todas las regiones de cada continente.
Al igual que el tiburón (Cetorhinus maximus), también descrito como cosmopolita, se distribuye por los océanos, no por hábitats terrestres.
A la luz de tales consideraciones, no sorprende descubrir que el endemismo y el cosmopolitismo están tan marcados en los océanos como en la tierra.