Displasia valvular

La displasia valvular del niño puede asociarse a numerosos trastornos congénitos, entre ellos la trisomía 21, debe diferenciarse de otras causas de enfermedad de las válvulas del corazón que no son congénitas sino adquiridas, como la valvulopatía reumática.

En ocasiones existen síntomas asociados por anomalías de otros órganos, debe tenerse en cuenta que la displasia valvular se presenta rara vez como entidad aislada, pero se asocia con frecuencia a otras enfermedades, entre ellas las alteraciones cromosómicas como la trisomía 18, trisomía 13, trisomía 21 y otras enfermedades como el síndrome de Noonan.

[2]​ El diagnóstico se sospecha por los síntomas y la auscultación.

En perros, es más habitual observarla en determinadas razas como Dogue alemán, Pastor-alemán, Bull Terrier, Golden Retrievers, Tierra-nueva y Mastiffs.

La displasia de la válvula tricúspide es más común en el Bobtail, Pastor alemán, Weimaraner, Labrador Retriever, Grande Pirineus.