Esta reforma del 91 pretendió abordar con profundidad «la orientación de la Dirección General, modificando no solo su nombre, sino su estructura, logrando un equilibrio entre la atención a los emigrantes cuyo número y situación requiere una atención especializada, y las nuevas funciones: apoyo a los retornados, asistencia a las migraciones interiores y particularmente la ejecución de una política activa de inmigración».
[1] Sus tres órganos, con rango de subdirección general, se enfocaban en los movimientos migratorios, la inmigración y la promoción e integración social.
[2] A partir de 1996, esta dirección general se fusionó con la Dirección General de Trabajo, fusión que se mantuvo hasta 2004.
[4] Una modificación relevante la sufrió en 2018, cuando se suprimió la Subdirección General de Integración de los Inmigrantes cuyas competencias pasaron a la nueva Dirección General de Integración y Atención Humanitaria.
[5] En 2020, el órgano se integró en el nuevo Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y la Subdirección General de Emigración se renombró como Subdirección General de la Ciudadanía Española en el Exterior y Retorno.