Son especialmente frecuentes en los hábitats marinos donde consumen detritus, algas y otras partículas de tamaño moderado.
Tienen forma oval o de saco y dos cortos flagelos que se insertan en un bolsillo subapical.
El grupo se clasifica en el filo Euglenozoa sobre la base de sus características estructurales, lo que ha sido confirmado por estudios moleculares.
[1] Al igual que los demás euglenozoos presentan un distintivo aparato flageolar, en el que los flagelos, insertados dentro de un bolsillo apical o subapical, están reforzados por varillas paraxomales, un andamio proteínico adyacente al habitual axonema.
En la etapa trófica, las células son predominantemente elípticas y aplanadas lateralmente, pero con frecuencia cambian su forma.