Estas mismas propiedades pueden aprovecharse para aumentar la capacidad penetrante en otro tipo de formulaciones, tales como plaguicidas,[4] industria farmacéutica, etc.
Puede emplearse DMI como un plastificante temporal en pinturas,[5] integrado en una formulación que consta de un aglutinante basado en una resina polimérica sintética, la cual se dispersa en agua.
Se ha estudiado[6] DMI como un sustituto fiable de diversos compuestos orgánicos, empleados como aditivos, que tienen por objeto disminuir la viscosidad del betún, el cual va a combinarse con una serie de agregados minerales a altas temperaturas (165 °C) para formar el asfalto.
Por otro lado, una vez se lleva a cabo la pavimentación, el aditivo debe eliminarse, (para permitir que el betún recupere su viscosidad inicial).
En el caso de DMI, dicha eliminación puede llevarse a cabo por dos vías complementarias: evaporación (método más común en la mayoría de aditivos), y difusión en agua, aprovechando su completa miscibilidad (esta segunda vía es especialmente importante cuando la pavimentación se realiza en estaciones lluviosas).