Diego Zapata de Cárdenas

[1]​ Se sabe que el marqués de Santo Floro fue un hombre polémico que llegó a Yucatán entrado en años y a quien tocó eliminar el impuesto de cincuenta centavos por indígena al año que a su antecesor había correspondido establecer.

Sin embargo, después de estos dimes y diretes, el gobernador sólo recibió multas leves y continuó en el ejercicio de su cargo.

Estas fuerzas militares se mantuvieron vigilantes durante ocho días hasta que los vigías anunciaron que los corsarios se habían hecho a la mar y no quedaba rastro de ellos.

[2]​ Poco después, continuaron las aflicciones en la península al saberse que los indígenas mayas de la región oriental, en Bacalar, se habían sublevado en contra de los españoles.

El franciscano se trasladó al lugar e intentó pactar con los belicosos asegurándoles que de deponer su actitud no serían castigados ni reprendidos.