La flauta mágica

Al conocer que un teatro rival iba a estrenar otra ópera con igual asunto, se modificó por completo la acción dotándola, además, de una significación simbólica de acuerdo con las prácticas masónicas, ya que tanto Mozart como Schikaneder pertenecían a la misma Logia.

En el año 1791, Emanuel Schikaneder, conocido actor, escritor, y empresario teatral entre otras actividades, propone a Mozart la posibilidad de colaborar para hacer una ópera juntos.

En su estreno tuvo un éxito moderado, pero en la actualidad es una de las más representadas en todo el mundo.

En cuanto a la música, tiene arias magníficas para cada personaje, algunas famosas por su complejidad técnica: las arias para soprano de La Reina de la Noche, O zittre nicht (cuadro I del acto I), en donde intenta motivar a Tamino para que libere a su hija y, sobre todo, Der Hölle Rache (cuadro III del acto II), en donde aparece la segunda nota más aguda compuesta por Mozart para la música vocal, un fa5 (en notación franco-belga, fa6 en notación internacional), para cuya interpretación se necesita un grado de virtuosismo importante.

El príncipe Tamino se despierta, aturdido, junto a la serpiente muerta, cuando oye un silbar.

En la intimidad, el príncipe Tamino muestra con su canto cuánto le gusta ella («Dies Bildnis ist bezaubernd schön», «Este retrato es encantadoramente bello»).

Él se acerca a ella («Du feines Täubchen, nur herein!», «¡Entra, pichoncita, entra!»), quien lo rechaza aunque le cueste la vida.

En ese momento entra Papageno, que encuentra a la princesa Pamina junto al negro Monostatos.

Regresa ante la princesa Pamina para presentarse y, como solo se conocían de oídas, él comprueba que ella es la del retrato.

Un coro de «Invisibles» informan al príncipe Tamino que ella vive y él empieza a tocar su flauta con agradecimiento.

Sarastro, imparcial, sentencia un castigo de setenta y siete azotes, pero sobre Monostatos, al cual se lo llevan sus sacerdotes.

Cuadro I: Un bosque Sarastro y sus sacerdotes, en procesión solemne, se reúnen en su templo («Ihr Eingeweihten der Goetter Isis und Osiris»).

Todos aceptan la propuesta, pero deberán ser virtuosos y superar una serie de pruebas.

En este dúo se detallan las principales motivaciones de la prueba («Bewahret euch vor Weibertuecken»).

En ese momento aparecen Las Tres Damas del suelo y cantan el quinteto («Wie?

En el aria más famosa de la ópera («Der Hölle Rache kocht in meinem Herzen») expresa que se siente engañada y obliga a la princesa Pamina, su propia hija, que mate a Sarastro, amenazándola con abandonarla para siempre.

Aparece Pamina al sonido de la flauta, que, al no obtener respuesta alguna por parte de Tamino, piensa que no le quiere y, muy herida, canta su bellísima aria («Ach, ich fühl's, es ist verschwunden»).

En este trío se relata la historia ("Soll ich dich, Treuer, nicht mehr sehn?").

Han de separarse y los dos lo aceptan porque les prometen que volverán a encontrarse.

Cuadro VI: Jardín pequeño Papageno está solo y perdido en la sala donde se realizan las pruebas.

Al acercarse a un sacerdote, este le reprocha que su comportamiento merece un castigo, pero los dioses, benignos, lo perdonan.

Antes de la prueba, Pamina aparece dispuesta a verle («Der, welcher wandert diese Strasse voll Beschwerden»).

Deciden que, como Pamina no teme a la muerte, es digna de ser iniciada.

Aparece después la entrada a un templo muy iluminado, dentro del cual se oyen gritos de triunfo y alegría por la pareja («Tamino mein!

Franz Liszt compuso su «Adagio Der welcher wandelt diese Strasse», de La flauta mágica, en 1881.

Bergman hizo algunos cambios audaces, haciendo que Sarastro sea el padre de Pamina.

El dibujante P. Craig Russell publicó en 1989-1990, para Eclipse Books, una adaptación de la ópera en historieta gráfica.

En 1996, se hizo una coproducción cinematográfica entre los estudios rusos Christmas Films (Кристмас Филмз),[5]​ la televisión galesa S4C y la británica BBC: A Magic Flute (Волшебная флейта), cortometraje de dibujos animados dirigido por Valériy Ugárov (Валерий Угаров, 1941-2007).

El escritor estadounidense Guy Davenport ha escrito algunos cuentos con los tres muchachos, a quienes dio nombres: Buckeye, Quark y Tumble.

[7]​ Esta obra estuvo a cargo de la Fundación Teatro Nacional Sucre y dirigida por la ecuatoriana Chía Patiño.

Emanuel Schikaneder
Cartel del estreno, 30 de septiembre de 1791
Papageno
Tamino y Pamina, acuarela de Max Slevogt .