Dialecto salentino

Distinto del los dialectos pulleses propiamente dichos (pertenecientes al grupo napolitano o italiano meridional medio), pertenece a la familia italorromance y está clasificado entre las variedades de tipo extremo-meridional junto a los dialectos hablados en Sicilia, en la Calabria centro-meridional y en el extremo sur de Cilento.

De esta manera, “cavallo” (caballo) es cavaḍḍu en Lecce, Ótranto, Galípoli, etc. (cavaddu en Brindisi y su alrededor).

Otra característica importante es la palatalización intensa del grupo -STR- intervocálico, así que se produce el sonido šš ([ʃ:] en AFI): noššu (“nostro”, nuestro), finešša (“finestra”, ventana), etc.

Es el caso de Galípoli, Alezio, Tuglie, Sannicola, Aradeo, Seclì, Galatone, Cutrofiano, Soleto, Galatina, Noha, Sternatia, Zollino, Martano, Martignano, Calimera.

Sin embargo, en localidades como Lecce, Squinzano, Surbo, Collepasso, Parabita, Galugnano, Strudà, Lizzanello, Cavallino, S. Pietro Vernotico la asimilación ocurre solo con -MB- que se vuelve -mm- (kiummu).

Por último, hay que fijarse en algunas oclusivas: en particular, la dental sonora -D- en posición intervocálica se vuelve sorda (pete < PEDE, nutu < NUDU).

Sonidos no presentes en italiano: A nivel sintáctico, el dialecto salentino se caracteriza por unos resultados para los cuales Rohlfs (1968)[10]​ traza la influencia griega.

Entre estos, el infinitivo dependiente sólo del verbo “poder” (pozzu šire “posso andare”, puedo ir), pero reemplazado por otras construcciones en los otros casos (m’ha dittu cu bbau “mi ha detto di andare”, me ha dicho que me vaya; senza cu mminti “senza mettere”, sin poner).

Para expresar una acción futura se emplean dos construcciones en particular: el verbo “estar” + indicativo, como para los tiempos progresivos (cagnàtuta sta bbene crai “tuo cognato verrà domani”, tu cuñado va a venir mañana); o el verbo “tener (que)” (“avere”) + infinitivo (cagnàtuta ha bbinire crai).

Para empezar, en italiano existen algunos nombres que terminan por -e y cuyo género, por tanto, no se reconoce en seguida (“il fiore” la flor, “la fronte” la frente).

Por eso, el dialecto salentino tiende a sustituir esa desinencia ‘ambigua’ por otra para no crear confusión.

Esto se produce sólo con los sustantivos y los adjetivos masculinos (lu fiuru “il fiore”; moḍḍu “molle”, blando).

Entre las características consonánticas del salentino septentrional, es particular el comportamiento de la oclusiva velar sonora /g/, que en posición inicial seguida por /a/ se convierte en /j/.

A ver: filu (HĪLU), pilu (PĬLU), čira (CĒRA); purpu (PŌLYPU), nuče (NŬCE), fruttu (FRŪCTU).

En conclusión, a nivel consonántico hay pocas peculiaridades que distinguen el salentino central de las otras variedades locales.

A este respecto, Panareo (1903)[15]​ cita: ripa (RĪVA), sṭṛittu (STRĬCTU), sira (SĒRA); uče (VŌCE), urpe (VŬLPE), nutu (NŪDU).

Las mismas vocales átonas en posición final producen dos resultados distintos i y e, al igual que en el Salento central.

Así que los grupos “nt”, “nc”, “mp”, “ns” se vuelven nd, ng, mb, nz (candare, angora, tembo, penziero).

Además, eran escritos para circunstancias particulares como celebraciones anuales o reuniones académicas y muchas veces estaban destinados a la recitación.

Entre los temas y motivos más frecuentes, se pueden encontrar referencias mitológicas, la sátira política, el contraste entre lenguas diferentes o la cultura popular.

A continuación, se presentan algunos de los textos más antiguos en dialecto salentino, escritos por autores desconocidos y publicados sucesivamente.

Nniccu Furcedda: es una farsa pastoral del siglo XVIII dividida en tres actos y situada en una alquería de Francavilla Fontana.

Es emblemática la figura de Rocco, doctor que, en cuanto tal, intenta utilizar un lenguaje más ‘áulico’ e ‘italianizado’, soliendo caer en el ridículo.

Merecen unas menciones otros autores en dialecto salentino más recientes: Orazio Testarotta de Taviano (1870-1964): su verdadero nombre es Oronzo Miggiano.

Či našše čučču nu ppote murire caḍḍu “chi nasce asino non può morire cavallo” (quien nace asno no puede morir caballo): en la vida nunca se cambia.

Fače cchiù miraculi na utte te mieru ca na chiesa china te santi “fa più miracoli una botte di vino che una chiesa piena di santi” (hace más milagros un tonel de vino que una iglesia llena de santos).

Quannu lu tiaulu te ncarizza l’anima toa ole “quando il diavolo ti accarezza l’anima tua vuole” (cuando el diablo te acaricia quiere tu alma): si una persona de repente se comporta gentilmente, lo hace porque quiere algo a cambio.

Stenni lu pete pe quantu è llongu lu passu “stendi il piede per quanto è lungo il passo” (extiende el pie por cuanto es larga la pisada): haz lo que puedes hacer sobre la base de los recursos que tienes a disposición.

[21]​ El mismo sufijo -ano está muy presente también dentro de los antropónimos, pero aquí se acentúa: Castrignanò, Corlianò, etcétera.

Más en general, podemos reconocer ‘griegos’ todos aquellos antropónimos (o -pocos- topónimos) con acentuación oxítona (Agrosì, Arnò, Bassilì; Castrì, Nardò).