El diablo es la personificación del mal tal como se concibe en diversas culturas y tradiciones religiosas.
[8] Una versión plantea que la palabra «diablo» derivaría del idioma protoindoeuropeo *deiwos, adjetivo que significa ‘celestial’ o ‘resplandeciente’, una derivación preindoeuropea de la raíz *diw (‘resplandecer’), relativa sobre todo al cielo diurno.
Precisamente es Berceo quien relata a principios del siglo XIII la leyenda griega de Teófilo en forma de clérigo judío que para alcanzar un mayor grado eclesiástico hace un pacto con Satanás —que recibe los calificativos de "falso ángel", "sutil adversario", "mortal enemigo", "cativa bestia" y "maestro savidor"— aunque interviene la Virgen María que se apodera del papel que Teófilo había firmado.
En la República Dominicana y al resto de América Latina, se ha adoptado algunos sinónimos como son: Diale, Diantre, Diache o Mandinga.
[10] En otras culturas y creencias religiosas, también tienen ciertos conceptos de un ser maligno o de varios seres malignos, a diferencia del cristianismo, el judaísmo y el islam de que el Diablo es conocido como un ángel caído o un demonio, en otras culturas era conocido como dioses del mal y expulsados del cielo.
En el zoroastrismo, se le conoce como Angra Mainyu, siendo la representación del mal, y no necesariamente un dios o un ente propiamente tal.
Durante largo tiempo, estas personas que habitaban el valle no pensaron en infringir esta orden de los dioses.
Les pidió probar su coraje, para desafiar al dios creador, Viracocha, para encontrar el Fuego Sagrado a la cima de las montañas.
Viendo eso, Inti, el dios del Sol o Viracocha, se puso a llorar.
Sus lágrimas eran tan abundantes, hasta formar un diluvio y que en cuarenta días inundaron el valle.
Según sus creencias, es el guardián de las minas y su imagen es venerado por los mineros con ofrendas similar a los santos, aunque nada que ver con rituales satánicos.
Según la fe de los mineros hacia el tío, es para que no les falte las riquezas.
En la cultura azteca destaca Kisín, según esta cosmología, el infierno regido por Kisín es en realidad una especie de purgatorio para la mayoría de las personas que mueren: sin embargo las mujeres que mueren en el parto o los soldados muertos en batalla no deben pasar por allí, y en cambio los suicidas quedan relegados a permanecer allí por toda la eternidad.
Para la cultura popular actual, Kisín ha permanecido como un personaje que habita el subsuelo y a quien se le atribuyen los terremotos.
Una leyenda literaria moderna popularizada recientemente pero sin base en las fuentes históricas tradicionales habla de un enfrentamiento entre Guayota y el dios supremo Achamán.
El macho cabrío representaba al dios griego Pan de aspecto divino.
El cerdo es considerado un mamífero inmundo y representa a uno de los siete pecados capitales: la gula.
En el segundo, son enviados por Dios para sustentar al profeta Elías de manera sobrenatural.
Se hicieron populares en 1976 con la película de terror La profecía porque era el compañero fiel del Anticristo.
La leyenda de San Jorge y el dragón muestra claramente este significado.
Por ejemplo, el dios Shiva en la cultura india está también representado en forma de una serpiente, sobre todo, una cobra.
También es reproducido simplemente como un hombre con diferentes rasgos físicos y con una actitud psicológica cruel o malvada.
Como conclusión de este libro, Dios aparece como un torbellino, explicándoles a los presentes que la justicia divina es inescrutable.
Debido a la amalgama de tradiciones que confluyen en su construcción, su significado doctrinal es un tanto confuso.
[22][23] En la fe bahaí no se cree que exista una entidad sobrehumana y malévola como un diablo o satanás.
[24] Sin embargo, estos términos aparecen en los escritos sagrados bahaís, donde se utilizan como metáforas de la naturaleza inferior del hombre.
Los individuos que siguen las tentaciones del ego y no desarrollan virtudes espirituales a menudo se describen con la palabra satánicos.
"[27] Para referirse a este ser sobrenatural, la Biblia hebrea utiliza el término Satan (‘fiscal en un juicio’ y, derivado de aquí, ‘adversario’) con el cual remite al acusador de los hombres ante Dios y aquel que incita al mal.
[28] En el siglo III a. C., con la redacción de la Biblia de los Setenta, los traductores griegos del Antiguo Testamento sustituyeron el hebreo Satan por el griego Diabolos (Διάβολος), que significa ‘acusador’ o ‘calumniador’, sustantivo que proviene del verbo diaballein (‘calumniar, difamar’) y este a su vez de las raíces dia (‘a través’) y ballein (‘arrojar’).
El último versículo de este texto muestra que este relato se aplica a un hombre (proverbios contra el rey de Babilonia), aunque indirectamente está dirigido a Satanás (ver Isaías 14:4).