El Obispado de Wiener Neustadt (en latín, Dioecesis Civitatis Novae; en alemán, Bistum Wiener Neustadt) fue una diócesis austriaca establecida en 1469 en la ciudad de Wiener Neustadt (Baja Austria), que desapareció en 1785 al ser transferido su obispo y su capítulo catedralicio a la recién creada Diócesis de Sankt Pölten.
En 1990 fue restablecida como diócesis titular de la Iglesia católica (Dioecesis Neostadiensis) ocupada, por tradición, por el obispo castrense cabeza del Ordinariato Militar de Austria.
Entre 1468 y 1469 estableció una de esas diócesis en su residencia de Wiener Neustadt, que fue confirmada en 1469 por el papa Paulo II, separando del Arzobispado de Salzburgo a la ciudad de Wiener Neustadt, territorio al que estaba limitada la nueva diócesis, que fue declarada exenta, esto es, no sufragánea de ninguna archidiócesis sino unida directamente a Roma.
Cuando en 1722 Viena se convirtió en archidiócesis, la diócesis hasta entonces exenta de Wiener Neustadt fue incorporada al arzobispado metropolitano de Viena como sufragánea.
En 1784 la diócesis se extendió hacia el sur hasta el límite con Estiria, y un año después, en 1785, fue suprimida por el emperador José II de Habsburgo, que transfirió al último obispo de Wiener Neustadt, el jesuita Enrique Juan Kerens (1775-1785), y a su capítulo catedralicio a la nueva diócesis de Sankt Pölten, y el territorio diocesano fue unido a la archidiócesis de Viena.