En Roccamonfina se encuentra la basílica y santuario de Maria Santissima dei Lattani.
[1] En 2022 en la diócesis existían 72 parroquias agrupadas en 4 foranías: Teano, Pignataro Maggiore-Sparanise, Roccamonfina y Pietramelara.
En el siglo XII se construyó una nueva catedral, después de que la anterior fuera incendiada por los normandos en 1062.
Posteriormente sufrió dos destrucciones más: en 1520 a causa de un incendio y durante la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, el seminario decayó rápidamente durante el episcopado del obispo Vincenzo Serafino entre los siglos XVI y XVIII.
En el siglo XVIII el obispo Domenico Giordani es recordado por la cuidadosa visita pastoral que realizó a su diócesis en 1753.
«Para cada iglesia y capilla recogió información oral, buscó documentos en los archivos e hizo extraer copias auténticas; hizo encuadernar los documentos, auténticos o copias, en un gran volumen, llamado Apéndice de la Santa Visita (fue quemado por los alemanes en 1943); de cada iglesia trazó la historia desde sus orígenes hasta su época.»[4] En el momento de la plena unión con Calvi, la diócesis de Teano incluía las comunas de Caianello, Conca della Campania, Galluccio, Marzano Appio, Mignano Monte Lungo, Pietramelara, Pietravairano, Presenzano, Riardo, Roccamonfina, Roccaromana, Teano, Tora y Piccilli y Vairano Patenora.
Por este y otros motivos, Lanzoni considera “muy sospechosa” la lista episcopal reportada por este calendario;ref>Lanzoni, Le diocesi d'Italia dalle origini al principio del secolo VII, p. 187. Kehr es aún más explícito cuando dice que «nos quoque notitias huius calendarii omnino negleximus».
[5] Si se excluye a los obispos conocidos sólo por su presencia en el calendario caleno y aquellos cuya atribución es debatida o errónea, sólo hay dos obispos de Calvi del primer milenio documentados por fuentes históricas: Giusto, obispo conocido gracias al descubrimiento de su epitafio, y que gobernó la diócesis calena desde marzo de 488 hasta febrero de 492; y Valerio, su probable sucesor, que participó en el concilio romano convocado por el papa Símaco en 499.
Kamp documenta luego la existencia de numerosos obispos calenos entre los siglos XII y XIII, pero cuyos nombres siguen siendo desconocidos.
En 1647, el levantamiento de Masaniello devastó Calvi en represalia contra la familia del obispo: el palacio episcopal fue arrasado y la catedral dañada.
De 1860 a 1866 se impidió al obispo Bartolomeo d'Avanzo entrar en la diócesis porque no contaba con la aprobación del gobierno.
Desde Sorrento, donde vivió exiliado, lideró una batalla contra la masonería y tras entrar en la diócesis tuvo que insistir en la reapertura de los seminarios, que habían sido cerrados por la negativa a aceptar la inspección gubernamental.
Por sus méritos y por la defensa de la infalibilidad papal durante el Concilio Vaticano I fue creado cardenal por el papa Pío IX.
Quería sustituir la devoción popular por la práctica cristiana regular, para lo que fundó una escuela de catecismo.
El obispo Calogero Licata logró unir los dos seminarios en 1921, suprimiendo el de Visciano, para contener los gastos.
Durante la Segunda Guerra Mundial las diócesis estuvieron gobernadas por el obispo Giacinto Tamburini.
El obispo murió en enero del año siguiente, agotado por los infortunios de la guerra.