Deus otiosus o dios ocioso es un concepto teológico empleado para describir la creencia en un dios creador que se retira del mundo y deja de involucrarse en sus ocupaciones, lo que constituye un principio central del deísmo.
Sin embargo también se puede aplicar el término a un dios primordial o universal que ya ha cumplido su función principal; y por ello ha delegado a las leyes naturales o a otras deidades el deber de mantener o cumplir funciones dentro de la creación; para que esta se mantenga y siga su curso.
En Sumeria, Enlil y Enki fueron los dioses más jóvenes que reemplazaron al deus otiosus Anu.
[3] En el Hinduismo, en muchos puranas medievales, Indra aparece como un deus otiosus dentro de los devas, mientras que Shiva y Vishnú son los dioses más jóvenes y activos, más accesibles y que podían ser comprendidos; los cuales terminaron por desplazar a Indra.
En el Taoísmo, según la tradición y mitología de Los Tres Puros, en el origen la deidad Yuanshi Tianzun fue el administrador del cielo, pero más tarde encomendó y dejo esta tarea al Emperador de Jade.