El despilfarro energético representa una parte importante de la huella ecológica .
Tiene consecuencias colaterales, entre ellas la emisión de residuos (a veces tóxicos), contaminación lumínica, numerosos contaminantes y gases de efecto invernadero, lo que se traduce en una contribución al calentamiento mundial o a la contaminación térmica local.
El despilfarro energético tiene muchas causas y fuentes: La historia demuestra que el acceso fácil y barato a los bienes energéticos comunes (gas, petróleo, carbón, madera y, más recientemente, la energía nuclear, ha favorecido el despilfarro energético.
La situación de partida es una habitación iluminada con una bombilla incandescente de 60 vatios que una persona enciende cuando se levanta, a las 8ː00, y y apaga cuando se acuesta, a las 23ː00.
Entoncesː Este despilfarro supone retos ambientales, sociales, culturales, sanitarios y morales.