La práctica de entrar en combate sin ropa ni armadura, posiblemente hasta la desnudez total, posee varias instancias históricas.
[1] Además de ellos, sus amos boyas e ínsubres en esta misma batalla son descritos también luchando sin camisa, vistiéndose sólo con pantalones, zapatos y mantos.
Al parecer, éstos no sólo combatían desnudos, sino que además se enorgullecían de derramar su propia sangre, y llegaban a ahondar voluntariamente algunas de sus heridas para incrementar el sangrado.
El donga, arte marcial originario de Etiopía y Sudán que emplea armas para competir, se practica desnudo.
[5][6] Durante la Guerra de Vietnam, los zapadores del izquierdista Vietcong se desnudaban para atravesar alambres de espino sin que éstos se engancharan a su ropa.