Cuando finaliza la escuela de su pueblo, debe marchar interno a Alcañiz para estudiar el bachillerato elemental.
Son unos años muy duros para el mundo agrario y esta situación se agrava a raíz de la fuerte helada del 1956.
Se casa con Rosalía, de la misma población, con quien tiene tres hijas y trabaja como delineante.
Ante estos problemas, Desideri responde dedicándose a su gran pasión: escribir e investigar.
Una década prodigiosa, corta pero intensa, durante la cual produce una extensa y variada obra.