Descendants

Para asegurar la paz, decidieron encerrar a todos los villanos y sus secuaces en la Isla de los Perdidos, un paraje alejado del reino, cubierto por una barrera mágica para impedir su escape y que cualquier tipo de magia cayera en sus manos.

Después llegan a una sección donde ven estatuas de sus padres en su forma más malvada, y eso los entristece.

Sin embargo, continúa con la idea de complacer a su madre y seguir el plan.

Evie les informa a todos que el Hada Madrina usará la varita durante la coronación de Ben.

Con el hechizo completo, Mal le da la galleta a Ben al día siguiente, haciendo que declare su amor enfrente de toda la escuela durante un torneo de tourney y termine con Audrey.

Durante la cita, los chicos hablan de sus vidas y se conocen más, mientras Ben nada un rato, Mal comienza a introducirse en una encrucijada, al estar en desacuerdo en si seguir sus acciones villanas o seguir lo que dicta su corazón.

Mientras esto pasa, Mal prepara un contra hechizo para el encantamiento de Ben, usando una lágrima propia de tristeza, dando a entender que ha comenzado a sentir cosas por el príncipe.

El Día de la Coronación llega finalmente, en la isla, los villanos se ponen atentos al evento por televisión, mientras que, en el reino, Mal y Ben son conducidos al castillo.

Toma la varita y le quita el anillo de Ben a Mal.

Mal en ese momento dicta un hechizo y le arrebata la varita a su madre.

Maléfica, al ver el cambio en los cuatro chicos, se transforma en dragón con la intención de castigarlos, pero Mal se interpone y le hace saber que no está dispuesta a permitir que ataque a sus amigos.

Maléfica intenta controlar a su hija con un hechizo, pero Mal logra resistir y le lanza un encantamiento que termina convirtiéndola en una lagartija.

En ese momento, el Hada Madrina se descongela y les revela que el hechizo obligó a Maléfica a reducirse al tamaño de amor que había en su corazón.

Durante la celebración, Mal rompe la cuarta pared, anunciando a la audiencia que la historia no ha terminado.