El término se usa típicamente en metalurgia, describiendo la disminución del contenido de carbono en los metales (generalmente, en el acero).
El descarburizado puede ser ventajoso o perjudicial, según la aplicación para la que se vaya a utilizar el metal.
[1] El acero inoxidable contiene aditivos que son altamente oxidables, como el cromo y el molibdeno.
[1] El descarburizado incidental puede ser perjudicial para las propiedades superficiales de los productos (cuando el contenido de carbono es deseable), especialmente si se produce durante el tratamiento térmico o después del laminado o el forjado, porque el material solo se ve afectado hasta cierta profundidad según la temperatura y la duración del calentamiento.
Esto puede evitarse utilizando una atmósfera inerte o de presión reducida, aplicando calor resistivo durante un período breve, limitando el tiempo que el material está a altas temperaturas, como se hace en un horno de viga móvil, o mediante el carburizado restaurador, que utiliza una atmósfera de hidrocarburos para transferir carbono a la superficie del material durante el recocido.