Este procedimiento es llevado a cabo en una sala de cirugía hemodinámica, lo realiza un radiólogo intervencionista, bajo sedación consciente, en ocasiones excepcionales es necesaria la intubación endotraqueal y con técnica aséptica quirúrgica, igualmente se da profilaxis antibiótica para disminuir el riesgo de infección.
Al inicio las derivaciones se ocluían, por lo que los investigadores los dilataban de forma semanal y así lograban mantenerlos en viables hasta por un año.
Dos años más tarde, las investigaciones de Palmaz y cols., con prótesis autoexpandibles en perros con hipertensión portal inducida mostraron que cuando el stent se colocaba en el tracto parenquimatoso la derivación podía permanecer permeable por 48 semanas sin necesidad de realizar dilataciones periódicas.
Después, Rossle y cols., realizaron una DPIT con la prótesis de Palmaz en pacientes que presentaron episodios de resangrado por varices esofágicas pese a que ya habían recibido tratamiento con esclerosis, en los cuales se obtuvieron muy buenos resultados.
Los pacientes que son candidatos potenciales a realizarse una DPIT deben estar en control con especialistas en gastroenterología o hepatología en conjunto con un radiólogo intervencionista.
La escala MELD es el mejor parámetro en la actualidad para predecir la sobrevivencia a tres meses después del procedimiento, mide tres parámetros después del procedimiento: los valores séricos de bilirrubina, creatinina y el INR.
La importancia de realizar estudios radiológicos antes del procedimiento radica en las diferencias anatómicas que tienen los pacientes con hepatopatía.
Posterior al procedimiento se coloca un pequeño vendaje sobre la incisión hecha en la zona del cuello, esta no requiere puntos de sutura.
Encefalopatía: es la complicación más común, los pacientes suelen responder bien al tratamiento con lactulosa y a la restricción proteica.